¿Nos engañan cuando compramos?

Etiquetas trampa en los límites de la legalidad. El etiquetado nos da información sobre el alimento que vamos a consumir. Pero… ¿realmente el producto es tal y como nos lo quieren vender?

Etiquetas trampa y la realidad de los alimentos que consumimos

Cuando compramos un producto, lo hacemos pensando en que será tal cual nos lo quieren vender o según pone en la etiqueta. Pero no siempre es así. Muchas marcas de alimentación se aprovechan e intentan vendernos productos que no son como los pintan. A veces, incluso, ni se acercan un poquito a la realidad. Las etiquetas trampa están en los productos que consumimos día a día.

Poco a poco, van cambiando las normativas respecto al etiquetado de alimentos. Lo cual hace que nos sea mucho más fácil comprenderlas y ver qué es lo que estamos consumiendo realmente. Aun así, las marcas siempre se las ingenian para “no saltarse las normas” e intentar “colárnosla” en las etiquetas.

1. Uso de imágenes de ingredientes inexistentes

Un ejemplo del que se ha hablado mucho últimamente, es el de una marca muy conocida de productos lácteos, Danone. En concreto, del yogur de fresa. En la etiqueta de estos yogures indica que tienen sabor fresa y aparece un dibujo de la fruta. Pero he aquí la trampa de este producto. La realidad es que estos yogures NO llevan una pizca de fresa. Si leemos los ingredientes que vienen en la descripción nos encontramos con “colorante carmín”. Este colorante es el encargado de dar el color característico al yogur. Además si nos fijamos, el sabor es debido al aroma, como se indica en los componentes.

El Tribunal de Justicia Europeo, al haber tantos casos de etiquetas fraudulentas, ha obligado a modificar ciertos aspectos del etiquetado. Por ejemplo, ha prohibido insinuar mediante fotografías o palabras ingredientes de un producto, que en realidad no tienen.

Por lo que, en este caso, esta marca de productos lácteos se vería obligada a cambiar la etiqueta. Para dejar de ser “una etiqueta trampa”, deberían eliminar la imagen de las fresas de la etiqueta o bien, incluir esta fruta en los ingredientes del yogur. Aun así, la decisión del Tribunal no soluciona del todo este “engaño”. ¿Por qué? No indica la cantidad de producto obligatoria que debe contener el producto. Por lo que el producto puede contener menos de un 1% y estar dentro de la normativa legal.

2. Falsa idea de alimento saludable

Otro caso muy similar corresponde a los zumos de frutas. En muchos zumos pone que incluyen hasta 4 o 5 frutas diferentes. La realidad es que, normalmente, los zumos llevan apenas un 50% de fruta. En este 50% siempre predominan una o dos (con las que pueda sacar más beneficio la marca, obviamente). El resto de las frutas suelen estar presentes rondando el 1-3%. Además, no podemos olvidarnos del 50% restante, que no es fruta: agua, azúcar, aromas, colorantes… La trampa aquí, es que nos hacen creer que estamos consumiendo un producto saludable y variedad de fruta. Pero la verdad, es que prácticamente lo que estamos tomando es azúcar con muy poco aporte del resto de nutrientes.

3. Ingredientes que publicitan y que están en cantidad insignificante

Una trampa más que vamos a comentar es referente a los chocolates sin azúcar. Sí, esos que nos quieren vender como “súper saludables” por no llevar azúcares añadidos. Vamos a comentar en concreto, los de la marca Valor, una de las más conocidas. En los envases de estos productos, además, suelen indicar (destacándolo bien), el edulcorante “saludable” que contienen. El más famoso de los edulcorantes en estos productos es la stevia. La triste realidad es que estos chocolates solo contienen un 0,012% de stevia ¡guau!. Una cantidad insignificante para destacarlo tanto en el envoltorio ¿no?. Lo cierto, en estos chocolates es que predomina otro edulcorante, el maltitol. Éste es un polialcohol que suele producir bastantes gases y puede tener efecto laxante.

4. Etiquetas trampa con ingredientes añadidos no relacionados con lo que compramos

Otra etiqueta trampa muy común de las marcas es añadir ingredientes que poco o nada tienen que ver con el  productos que publicitan . Esto simplemente lo hacen para poder ahorrar producto y sacar más beneficio. Suele ser el caso de alimentos como el jamón york o la pechuga de pavo. Normalmente estos embutidos suelen llevar un 45-75% de carne. El resto de su composición son ingredientes añadidos. Entre éstos encontramos desde azúcar y leche en polvo hasta proteína de soja, féculas… ¡Ojo! Es importante fijarse en las etiquetas en estos casos, sobre todo, las personas celíacas. Muchos de estos productos añadidos llevan gluten.

Para saber lo que comemos, es muy importante leer las etiquetas y la composición nutricional de los productos.